Por Berny Díaz
El fenómeno de la música típica conocido como El Rubio Acordeón vivió un momento brillante en el entretenimiento, sin embargo, decisiones desacertadas en la elección de su equipo de trabajo lo llevaron a confiar en personajes sin trayectoria ni visión estratégica.
Individuos que, lejos de proyectar su talento, limitaron su alcance y lo alejaron de los primeros lugares que había conquistado con esfuerzo y dedicación.
Hoy, la realidad es clara: El Rubio Acordeón aún está a tiempo de retomar el camino correcto.
Para ello, resulta indispensable reestructurar su equipo de trabajo, apostar por un plan serio, limpio y de calidad, y concentrarse en lo más importante: su carrera artística.
La recomendación de los expertos es firme: producir y lanzar un tema inédito, acompañado de un video musical de alto nivel, además de una inversión bien planificada que impulse su carrera en el escenario nacional e internacional.
Nueva York y sus alrededores ya cumplieron un ciclo en su trayectoria; es momento de enfocar sus energías en la República Dominicana, donde su música necesita resonar con fuerza.
Actualmente, su presencia no se percibe ni en su propio país ni en Estados Unidos, y ese vacío debe ser llenado con estrategia, disciplina y visión a largo plazo.
El Rubio Acordeón debe rodearse de un manager profesional y un equipo de trabajo honesto, que no lo adule, sino que le hable con claridad y lo oriente en lo que realmente se debe hacer para retomar la cima.
Su talento y esfuerzo ya le abrieron las puertas; ahora el reto es no dejar que su carrera muera en la confrontación con comunicadores o en errores de gestión.
Ellos cumplen con su labor; a él le corresponde concentrarse en la suya antes de que sea tarde y quede reducido a ser recordado únicamente como “una fiebre del momento”.
El talento de El Rubio Acordeón merece trascender más allá de modas pasajeras. Está en sus manos escribir la nueva etapa de su historia musical.