Desde los cimientos de la agrupación, Tatis fue mucho más que un manejador. Fue el arquitecto de una visión que transformó la música típica moderna.
Su estrategia, disciplina y visión estética redefinieron lo que significaba ser parte de un grupo típico en el siglo XXI.
“Recuerdo, porque estuve desde el inicio del grupo”, afirma Berny Díaz, testigo de primera línea del nacimiento de UrBanda.
“Lo mínimo que fue un desafío era ponerle uniforme, ya que en ese momento ninguna agrupación típica lo hacía.
Los manejadores se habían convertido en simples acompañantes de escena. Hasta que en 2011 llegó un verdadero estratega: Carlos Tatis.”
Tatis no solo se enfocó en la música, sino en la marca visual.
Con un simple cambio de imagen —uniformes, presencia escénica y concepto corporativo— logró que UrBanda fuera contratada por su identidad visual antes incluso de pegar un éxito radial.
Esa audacia marcó una diferencia. “Muy pocos grupos en la historia de la música típica han logrado ser contratados solo por imagen, sin tener un tema en la radio. Pero UrBanda lo hizo”, resalta Díaz.
En los primeros días del proyecto, el acordeonista Nixon Román también jugó un papel importante, aportando reconocimiento y experiencia dentro del género.
Sin embargo, fue la visión empresarial y artística de Tatis la que llevó el concepto de UrBanda a otro nivel, consolidándola como una agrupación moderna, organizada y diferente.
Hoy, cuando muchos nuevos protagonistas buscan reescribir la historia, es importante recordar que detrás del nombre UrBanda siempre estuvo un cerebro, un creador, un líder: Carlos Tatis, el hombre que convirtió una simple idea en una marca musical de respeto.
