Bray Vargas: Su Vida Privada No Define Su Compromiso Público


Por Berny Diaz 

Santiago, R.D. – En los últimos días han circulado comentarios y rumores en torno a la vida personal del joven diputado Braylin Vargas, específicamente sobre su orientación sexual. 

Estos señalamientos, más que aportar al debate público, buscan distraer la atención de lo verdaderamente importante: su compromiso social y desempeño político.


La orientación sexual de una persona no guarda relación alguna con su capacidad de legislar, trabajar por su comunidad o aportar al desarrollo del país. 


En pleno siglo XXI, resulta improcedente y discriminatorio utilizar la vida privada como un instrumento de ataque, en vez de valorar los aportes tangibles que Vargas ha demostrado en su carrera política.


Braylin Vargas es un joven lleno de aspiraciones, que ha sabido representar a sectores de Santiago con iniciativas sociales de gran impacto. 


Desde su posición, ha impulsado proyectos en beneficio de la juventud, la educación y las comunidades más vulnerables. 


Su hoja de vida política refleja esfuerzo, transparencia y un deseo genuino de servir, valores que no deben ser opacados por prejuicios ni estigmas.


Resulta contradictorio que en una sociedad donde persisten grandes males como la corrupción, el narcotráfico, el abuso a menores y el robo descarado de fondos públicos, se pretenda convertir en “escándalo” la vida privada de un legislador que, sin hacerle daño a nadie, solo enfrenta su propia condición humana.


La sociedad dominicana ha evolucionado y los tiempos han cambiado. La diversidad no es una debilidad, sino una realidad que debe ser respetada. 


Si en algún momento Vargas decide hablar públicamente sobre aspectos íntimos de su vida, estará en su derecho, sin que esto reste valor a su rol como representante de la ciudadanía.


Antes de condenar, es necesario reconocer los aportes. Braylin Vargas ha demostrado ser un diputado que trabaja con determinación, y eso, más que su vida personal, es lo que debe ocupar la atención de los medios, las redes sociales y la opinión pública.