Por Heliana Medina
Zona Norte ha apostado, durante casi una década, por la identidad regional. Cumplir nueve años al aire, con presencia estable cada semana en la pantalla nacional a través de Color Visión, no es poca cosa. Es una hazaña que merece ser reconocida, no solo por la constancia, sino por el compromiso sostenido con el Cibao y su gente.
Desde su primera emisión en 2016, este programa —ideado y producido por César Hernández— ha tenido claro su propósito: proyectar la riqueza cultural, social, económica y humana de las 14 provincias del Cibao. En lugar de dejar que las historias del norte se pierdan en el ruido mediático, Zona Norte les da espacio, rostro y voz. Lo hace cada sábado a la medianoche, y para los madrugadores o trasnochadores, se repite los domingos a las 5:00 a.m. Una franja que, a pesar de su horario, ha encontrado una audiencia fiel dentro y fuera del país.
Pero este no es un esfuerzo individual. El equipo de Zona Norte está conformado por comunicadores que se han convertido en cronistas de su propia tierra: César Montesinos en Dajabón, Dionisio Martínez en Las Terrenas, Guillermo Castro en Puerto Plata, Heliana Medina con su mirada especializada en turismo y ecología, Federico Basilis siempre en ruta, Yunior Marte en Santiago, Rafael Baldayac con su aguda visión deportiva, y voces como las de Tuto Tavárez, Gentio García, Juan Bonilla y Fernando Puig, que aportan análisis y contexto en áreas clave. Detrás de todo, José Eduardo Ángeles asegura que cada entrega mantenga la coherencia y el estándar de calidad que el público ya reconoce.
Este esfuerzo no habría sido posible sin una visión institucional que creyera en la propuesta. Desde el principio, los ejecutivos de Color Visión, en especial Domingo Bermúdez y Ángel Laureano, supieron ver el valor de una televisión más plural, con enfoque territorial y sentido de pertenencia. Pero también hay que reconocer a los patrocinadores que han apoyado este proyecto desde sus inicios, apostando a una producción que dignifica a su audiencia. Sin ellos, sostener una iniciativa de este calibre sería casi imposible.
Más allá de ser un programa, Zona Norte se ha consolidado como un espacio para visibilizar a los sectores productivos, culturales y sociales del Cibao. Donde las iniciativas locales encuentran eco y donde las comunidades dominicanas en el exterior pueden reconectarse con su tierra. Esa conexión emocional, tan escasa en los medios masivos, es precisamente la que ha cimentado su credibilidad y permanencia.
En tiempos donde la atención se dispersa fácilmente y la oferta mediática se multiplica, sostener un contenido con identidad y arraigo es un acto de resistencia. Por eso, celebrar nueve años de Zona Norte es celebrar también una forma distinta de hacer televisión: con propósito, con sentido y con amor por lo nuestro.