Por: Mariliyn Ventura
Sin embargo esto de bastante entretenida para la taquilla de Estados Unidos no ha sido suficiente, ya que en su primer fin de semana fue considerada como un fracaso.
Pero resulta que aquí en Santiago la sala estaba repleta cuando fui a disfrutarla. Me imagino que esto tiene mucho que ver con las anteriores películas protagonizadas por Schwarzenegger con muy buenas críticas y las expectativas creadas en torno a la película.
Entendía que Terminator: Dark Fate tenía todo para convertirse en un fenómeno de taquilla, ya que cuenta con un reparto sumamente diverso en nacionalidades y sin dudas es una franquicia que ya había demostrado su arraigo en el gusto del público.
Terminator: Dak fate o destino oscuro u oculto en español es una película con todas las de la ley, con un costo aproximado de 185 millones de dólares para su producción, donde no se escatimaron recursos en efectos especiales y todo tipo de maniobras cinematográficas para lograr lo mejor de la ciencia ficción.
Las actuaciones, para mí, me parecieron sumamente orgánicas y precisas. Es dirigida por Tim Miller y escrita por Billy Ray, David Goyer, Justin Rhodes y Josh Friedman.
Si hay que destacar una actuación es la de la actriz canadiense Mackenzie Davis, la protectora de Dani, en este caso la actriz colombiana Natalia Reyes, protagonista de la película y qué decir del estadounidense Gabriel Luna, el verdugo y persecutor de Daniella, con un histrionismo ensimismante.
Por supuesto Arnold Schwarzenegger hace lo suyo y Linda Hamilton, aunque con unos años de más y algunas arrugas se luce con su actuación. La inclusión del mexicano Diego Boneta y el español Enrique Arce, recordado por la serie “La casa de papel” como Arturito, el director de la Casa de la Moneda fue muy acertado.
Se dice que esta es la sexta y última versión de la saga, sin embargo al final de la película nos deja claro que podría haber una secuela con una nueva historia protagonizada por Daniella Ramos y Sarah Connor.
